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Ayer vivimos una de esas jornadas que nos confirman el valor de dar a conocer nuestro patrimonio más allá de fronteras. El Museo Zuloaga, en la emblemática iglesia de San Juan de los Caballeros de Segovia, abrió sus puertas a un público muy numeroso y entregado, que llenó la sala para escuchar dos conferencias de gran nivel.
La primera intervención corrió a cargo de María José Martínez Ruiz (Universidad de Valladolid), quien nos trasladó a la historia del monasterio de Sacramenia y del ábside de San Martín de Fuentidueña, dos joyas segovianas que hoy se encuentran en Estados Unidos. Un viaje apasionante por la memoria de la piedra y el devenir de los monumentos.
Después, Miguel Ángel Marcos Villán (Museo Nacional de Escultura) nos habló sobre los sepulcros de la familia Alburquerque de San Francisco de Cuéllar y su dispersión, un relato riguroso e impactante sobre la suerte de este conjunto funerario y la compleja red de conexiones artísticas que todavía hoy nos sorprende.
Queremos agradecer especialmente al Museo de Segovia y Museo Zuloaga y a todo su personal por la impecable organización y la calidez con la que nos acogieron. Fue un encuentro cercano, enriquecedor y, sobre todo, muy estimulante para seguir reflexionando sobre el destino de nuestro patrimonio.
Una tarde enriquecedora que refuerza la vocación de Nostra et Mundi de seguir compartiendo historias que conectan Castilla y León con el mundo.